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Defensa personal para golpes frontales y traseros

Defensa personal para golpes frontales y traseros

Defensa personal para golpes frontales y traseros

La defensa personal es cualquier conjunto de técnicas que al combinarlas ayudan a que las personas puedan detener una acción ofensiva. Vivimos en una sociedad insegura en dónde es posible que nadie te ayude cuando lo necesites. Las víctimas más frecuentes suelen ser mujeres, ancianos y niños. Los asaltantes buscan personas a las que consideran más vulnerables. Esos tres grupos son los considerados más vulnerables. Es por ello que todos deberíamos estar preparados para enfrentar cualquier acto violento de forma efectiva y así estar más prevenidos de posibles ataques en la calle. Es por ello que vamos a explicar varias técnicas que pueden ser de gran utilidad.

Cómo defenderte de un ataque frontal:

Estamos ante un supuesto caso en el que el agresor ataca desde el frente. Él pondrá sus manos en tus hombros a la hora de atacar. Imagina que te agarra de los hombros de forma amenazante y te pide que le des los objetos más valiosos que lleves encima (cartera, llaves, móvil, reloj…). En esta situación, igual que en cualquier otro tipo de ataque, lo primero es mantenerse sereno, intentar no ponerte nervioso. Para lograr escapar de su ataque debes tomar con tu mano derecha la mano derecha del enemigo, pero no debes desplazarsela, él debe seguir agarrando el hombro. Acto seguido deberás poner tu codo derecho sobre la articulación de su brazo. Con la otra mano, la izquierda, deberás colocar la palma en el codo derecho del asaltante y continuar con el codo derecho en la articulación de su brazo. En la posición en la que te encontrarás tendrás la oportunidad de realizar una palanca para lograr liberarte. Otra opción es seguir tirando de esa palanca, sosteniendo el brazo derecho y girando al agresor para lograr escapar de forma más sencilla.

Cómo defenderte cuando te atacan por detrás:

Una de las formas más comunes de agresión, debido a su mayor capacidad de sorprender, son los ataques por la espalda. Intentarán golpearte de forma dura para acabar contigo de un golpe o agarrarte por la espalda para mantenerte inmovilizado. A continuación hablaremos de dos formas diferentes de librarse del agresor cuando nos toma la espalda.

En el primer supuesto, una vez el agresor nos ha agarrado por la espalda, se debe pasar nuestro brazo izquierdo por encima de sus dos brazos. Tras realizarlo, hay que envolverlos con nuestro brazo y hacer fuerza. El siguiente paso será girar unos 45º para que cuando estemos virando golpeemos con la mano derecha la boca del estómago del agresor. Un golpe fuerte y preciso provocará que nuestro agresor se quede sin aire e inmovilizado. De modo que será un gran momento para poder escapar. Además ésta técnica se puede combinar con otras diferentes.

En cuanto al segundo supuesto, cuando nos asalten por la espalda y nos agarren las muñecas, podemos tomar la siguiente alternativa. En primer lugar inclinar el cuerpo 45 grados respecto al agresor. Seguido, habrá que levantar y pasar el brazo izquierdo por encima de la cabeza. Debe acabar a la altura de los hombros. El siguiente paso será calzar el otro brazo en el codo de nuestro agresor. De esta manera intentaremos que pierda su estabilidad. Mientras realizamos el movimiento anterior, trataremos de bajar un poco el brazo izquierdo para que el hombro del asaltante también caiga. Por último colocar el pie derecho junto a la pierna izquierda del enemigo (para aumentar su desequilibrio), aplicar fuerza con la mano derecha en el codo y para acabar barrer con el pie derecho hacia atrás. Así lograremos derribar a quién tantos problemas estaba causando. La clave de ésta técnica ésta en realizar los movimientos de forma rápida y precisa. Para lograrlo conviene entrenar antes de realizarla.

Varios consejos a seguir antes de realizar estas técnicas:

Antes de comenzar a realizar las técnicas anteriormente mencionadas, es importante tener en cuenta los siguientes consejos. Si somos tenemos un conflicto, el principal objetivo debe ser escapar. En algunos casos habrá que recurrir a la defensa personal para zafarnos de nuestro agresor. En caso de poder evitar el altercado será mejor huir que intentar atacarle. Es importante evitar las peleas, aunque en ocasiones sea inevitable. Debemos permanecer atentos constantemente, tanto del resto de personas como de los lugares por los que andamos. Especialmente en espacios de poca luz y poco transitados. Debes confiar en tu instinto. Si te encuentras ante una situación que te parece sospechosa, trata de huir o evita el lugar. Se recomienda tener un número de auxilio guardado en el teléfono y también intentar vestir ropa que no reste movilidad. Por último, practica a diario las técnicas de defensa personal. Hazlo con precaución, pero con fuerza, ya que cuando te asalten no serán delicados contigo.

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