Rutina = Armonía

Te levantas todos los días temprano, desayunas, te aseas, vas al trabajo, a estudiar, comes, haces ejercicio, lees un rato… Así día tras día. Al final lo haces automáticamente sin pensar. Existe un orden porque hay un hábito. Esta rutina nos ayuda a sentirnos seguros y en armonía, porque no deja lugar a la incertidumbre. Marcar estas pautas diarias y obligarnos a cumplirlas puede parecer monótono al comienzo, pero al final nos darán un estado de tranquilidad, bienestar y libertad duraderas.

Al tener una rutina, nuestra mente no está pensando cada día en qué va a hacer en cada momento, lo que al final generaría estrés. El tiempo que no empleamos en planificar, lo invertimos y disfrutamos en asuntos importantes y agradables. El tiempo se gana y nuestra energía aumenta, lo que da lugar a disfrutar más y mejor de lo que haces.

Hay que entender que el cuerpo humano es una máquina que funciona como un reloj. Si lo fuerzas o si alteras constantemente su funcionamiento, al final se resiente. Los síntomas físicos del desorden son bastantes: Dolores de cabeza, problemas digestivos, cansancio, dolores musculares, etc. Son todo respuestas fisiológicas al mal uso de nuestro cuerpo. Para mejorar el funcionamiento de nuestro cuerpo es bueno crear hábitos de dormir, de alimentarnos y hacer actividad física. Es importante acostarnos y levantarnos a la misma hora, practicar los mismos horarios todos los días de comida y que sea equilibrada y, por último, marcarnos un tiempo determinado de ejercicio y hacerlo. Lo más importante es ser constantes en cumplir estos hábitos, como, por ejemplo, tu entrenamiento semanal en tu escuela Mugendo. Al final, lo agradeceremos e incluso nos motivaremos a continuar al ver los beneficios positivos.

Esfuerzo, constancia y fuerza de voluntad nos llevan a conseguir lo que nos propongamos. Cumplir la rutina generará un orden y un equilibrio en tu vida. Tu cuerpo mejorará. El tiempo se rentabilizará. Tu autoestima se multiplicará. Y, al final, encontrarás bienestar, paz y armonía.